Te explicamos por qué tener presencia online solo en redes sociales es un error como estrategia digital:

1. Búsquedas orgánicas

El contenido que está en nuestro sitio web es accesible para cualquier usuario de Google.

Si alguien busca un producto o servicio en Google, aparecerán en primer lugar aquellos contenidos que estén en un sitio web antes que los que estén en RRSS. Este usuario ya tiene una necesidad que quiere resolver buscando nuestros servicios o productos.

Facebook está pensado como lugar de conexión con amigos o familiares. Su buscador no funciona a partir de palabras clave. Funciona sobre nombres de personas que ya conocemos. Es muy poco probable que hagamos una búsqueda de un producto o marca en una red social.

2. Derechos de autor

Todo lo que publicamos en Facebook, si es la primera vez que lo publicamos, le pertenece a Facebook. Si lo hemos publicado antes en nuestro sitio web, el contenido nos pertenece.

Si solo publicas en Facebook y algún día quieres recuperar tu material y publicarlo en otro lugar, legalmente, existe la posibilidad de que no lo puedas hacer. Ten cuidado, te has esforzado en crear contenidos para regalárselos a otros.

3. Base de datos

Las RRSS se financian con la publicidad que contratamos con ellas. Son dueños de la base de datos de usuarios de nuestra página o perfil de empresa. Si queremos enviar un mensaje personalizado a cada uno de nuestros seguidores, tendremos que pagar por ello.

Si no invertimos en publicidad, cada vez que hagamos una publicación en Facebook llegará solo a un 5% de todos nuestros seguidores.

Gracias a herramientas gratuitas como Google Analytics , conoceremos a las personas que entran en nuestro sitio web y acceden a sus contenidos. Tendremos acceso a información relativa al número de visitas, tiempo que pasan en nuestro sitio, secciones que más se consultan…

4. Contenidos y Retorno de la Inversión (ROI)

La principal razón por la que las personas siguen a una marca son los contenidos. Generarlos es una inversión que recuperarás en forma de visitas a tu sitio web o conversiones como completar un formulario, efectuar una descarga, suscribirse a una newsletter, realizar una compra… El contenido debe ser publicado en nuestra página y posteriormente compartido o promocionado en redes sociales.

Cuando un usuario visita un sitio web, puede consultar nuestro catálogo de productos o servicios, sin importar su fecha de publicación o actualización. Toda la información está organizada y al alcance de nuestros visitantes. En Facebook, no disponemos de fácil acceso a un catálogo de productos. El usuario se limita a ver lo último que hemos compartido.

5. Cambios de Diseño

Sitio web: Podemos usar nuestra paleta de colores corporativos, mostrar el contenido de manera llamativa… Estos cambios los podemos realizar nosotros mismos. Dispones de un panel con el que editar tu página. Un sitio web corporativo nos distingue y diferencia de la competencia.

Crear un sitio web añade fiabilidad y seriedad a la empresa.

Página en una red social: Todas las páginas son iguales. Casi todas las empresas disponen de una. No estamos aportando novedad u originalidad. En una red social, como máximo, podremos poner nuestro logo como foto de perfil y poco más.

Por último, no olvidemos las redes sociales puede hacer cambios que afecten a nuestra estrategia en redes, aunque no nos gusten.

Ejemplos prácticos:

1. Necesito una peluquería. ¿En dónde busco? Google, vamos a probar con:

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Google nos muestra resultados de páginas web de peluquerías, perfiles en Google My Business, directorios pero no nos muestra páginas de Facebook o perfiles de Instagram.

2. Estoy buscando un vestido negro con lunares blancos.

Google nos muestra resultados de páginas web que venden vestidos negros con lunares blancos. Si encuentro uno que me gusta, lo compro directamente.

Facebook ofrece fotos, usuarios que venden prendas de segunda mano, las fotos no siempre muestran un vestido de lunares…

A la hora de comprar un vestido, prefiero hacerlo en una página web, parece más serio y fiable. Por ejemplo, Zara vende a través de su web, no de su página de Facebook. Pueden hacer publicaciones en sus redes sociales acerca de novedades o productos concretos, pero si queremos verlos nos lleva directamente a su tienda online.

De hecho, si quieres hacer una pestaña de tienda online en Facebook o vender en Instagram, tener una tienda online propia es un requisito indispensable.